Donde habitan "los migalas"

Donde habitan "los migalas" (De cuentos y arañas)

viernes, 27 de diciembre de 2013

Estado vegetativo

¿Qué había encima de la cama del hospital?: La prolongación de las máquinas que lo rodeaban; aquello que cerraba el círculo; lo que les daba sentido. ¿Pero que sentido tenía ése cuerpo más allá del movimiento del diafragma, o de los espasmos rítmicos del corazón?: Hacer crecer el pelo, las uñas; alcanzar un punto de desarrollo; dejenerar y desaparecer. Y en ése proceso:¡Luchar!; luchar como él lo había hecho; como todos lo hacemos. Pero ¿porqué!: Porque nada es lo que parece.

Nuestros padres murieron cuando tenía 14 años. Desde entonces, mi hermano 7 años mayor, se hizo cargo de mí. ¡Ahí empezó su lucha!. Al principio se lo tomó de manera estoica, siempre ha sido una persona muy responsable; aunque bastante rígida. Por eso le sacaban de quicio mis innumerables fallos de carácter, y mi debilidad. Con el tiempo, le invadió un estado de cansancio, de indiferencia hacia mí, o eso creía, lo que me puso de inmediato en alerta. Entonces, mis debilidades y mis males se acentuaron: ¡Tenía que hacerle reaccionar!.
Llegó la fecha que tanto temía.  Tenía que exponer en clase mi trabajo sobre los faraones. Es un tema que me apasiona, y lo había preparado a conciencia; pero tener que hablar delante de todo el mundo..................me produce ardores de estómago con sólo pensarlo.
- ¡Venga Manuel, arriba!, ¡lebántate ya! - insistió mi hermano.
- No me siento bien Miguel.
- Hoy tienes la exposición en clase ¿no?; pues mira, haz lo que quieras, estoy cansado de tus tonterías.
Los ardores en el estómago se convirtieron en retorcijones, que me tuvieron encerrado en el baño  3/4 de hora.
- ¿Quieres salir de una vez - gritó mi hermano aporreando la puerta - ¡tengo que entrar!.
- Perdona - le dije al salir - tengo descomposición. Será mejor que me quede en casa.
- Tú verás - me dijo cerrando la puerta del baño.
El portazo fue como un bofetón por mi cobardía; aún peor.
Miguel se fue a trabajar, dejándome sólo en casa. Puse la televisión para distraerme. Empecé a sentirme mejor, aunque sabía que era sólo una tregua; una tregua que duraba ya un par de años.............: Desde la muerte de mis padres. No quería pensar en ello, pero la sensación de huida se hizo insoportable.
"Se ha  cansado de mí,............me dejará pronto............" - pensaba al recordar el portazo. Me levanté del sillón y me puse a deambular por la casa. Sin saber porqué, entré en la habitación de mi hermano. Estaba perfectamente ordenada, como es él. En su escritorio, había un periódico doblado por la sección de anuncios; lo cogí con indiferencia, pero al ver que tenía marcados con rotulador rojo varios anuncios sobre alquiler de pisos, mi corazón se desbocó. Me entraron ganas de vomitar, y fui corriendo al baño, donde mi estómago desahogó su angustia de rodillas, delante del inodoro, como si fuera un altar, lleno de culpa y temor. Me arrastré hasta el sofá y llamé por teléfono a Miguel.
- ¡Miguel!, ¡estoy muy mal!, acabo de vomitar, y todo me da vueltas.
- Tranquilo hombre, que no es nada; descansa un poco y verás como se te pasa.
- ¡ Pero Miguel!, ¡Creo que me voy a desmayar!.
- ¡Venga!, ¡no seas exagerado!. Túmbate en la cama y espérame. Cojo el coche y estoy en 20 minutos.
- ¡Ven cuanto antes!.
Colgué, el teléfono. No podía pensar, y menos sentir, en otra cosa que no fuera la terrible agonía de mi cuerpo. Y ocurrió el fatal accidente que le dejó en coma: Un reventón, una curva, un barranco............

No me separé de su lado desde entonces. ¡Tenía que decirle que yo era el culpable de todo!; ¡qué lo sentía muchísimo!; ¡qué cambiaría!; ¡que lucharía como él!; ¡contra mis miedos!; ¡contra el mundo!; ¡contra quien sea!; ¡pero con él!; ¡a su lado!; ¡juntos!;..............................
Elena, la novia de Miguel desde el instituto,  venía a recogerme al hospital para llevarme a su casa. Me encontraba en un estado próximo a la catalepsia.

Han pasado 3 meses; Miguel sigue igual, sólo las máquinas mantienen lo que queda de vida en su cuerpo.
- ¿ Saldrá de ésta? - le pregunté un día a Elena, mientras miraba hipnotizado el goteo del suero.
- No lo sé, era.............bueno, es un luchador. ¿Sabías que estaba buscando un piso más grande?. Teníamos idea de tener un hijo, y el de tus padres se quedaría pequeño, ya que contigo seríamos 4.
- ¿Conmigo?.
- Pues claro, ¡no te dejaría por nada del mundo!.
Cuando me quedé solo con Miguel, tuve la certeza de que nunca me habría abandonado, pero que era yo el que le tenía que dejar. Así que apreté el interruptor de la máquina, que apagó una vida: La suya; y encendió otra: La mía.

Miguel abrió los ojos; se arrancó las ventosas del pecho, los tubos que le llegaban hasta los pulmones y el estómago, las sondas y la agujas; y se fue. Tenía mucho que hacer.
Primero fue a casa de Félix, un compañero de trabajo. Había sido el responsable del accidente de coche, al inutilizar los frenos. Hacía tiempo que la tenía tomada con él, desde que le ascendieran de puesto en su detrimento. No pensaba que llegaría tan lejos su rencor. Cogió un bidón de gasolina, y regó con él la sala y el pasillo de su casa. Luego encendió una cerilla, la tiró y se fue, mientras su sombra oscilaba a la luz de las llamas.
A continuación, se dirigió a casa de Elena. Dormía de lado, en posición fetal, como tantas veces le había visto. Se agachó sobre ella; puso la mano en su vientre y cerró los ojos. Una nueva vida se empezó a formar dentro de ella.
Una vez concluidas todas las acciones que cerraron el círculo: Se fue.




viernes, 20 de diciembre de 2013

La gran ola

Algo sucedió en el mar: Se encogió sobre sí mismo para avanzar luego, inexorablemente, convertido en una gran ola que amenazaba con arrasarlo todo. Sin embargo, permaneció erguida con una imponente y desafiante quietud; hasta que pequeños riachuelos empezaron a correr desde su base como si se descongelara, y poco a poco, muy poco a poco, las ciudades, los campos, las llanuras, las selvas, los desiertos,..............................., el mundo entero, fue cubierto por el mar.
Los niños chapoteaban encantados en el agua, los hombres y las mujeres, se desnudaron, nadaron y bucearon alegremente en la piscina del mundo.

jueves, 5 de diciembre de 2013

¡Donde está mi hijo!

Sucedió en el centro comercial:  "Doraemon", el gato cósmico, se hacía fotos con los niños.
Los chavales agarraban entusiasmados la mano del gigantesco peluche, mientras el fotógrafo realizaba su  labor. Así que nos pusimos en la cola.
Al llegar nuestro turno, Rubén fue hacia el muñeco. En ése instante vi a Paco, un amigo.
- ¡Hombre Paco!, ¿Qué andas?.
- Haciendo unas compras; ¿y tú?, ¿recordando la infancia?.
- ¡No hombre!, es por el  niño...................
Miré al muñeco, pero había otro niño con él.
- ¿ Rubén?.
Sorprendido, miré alrededor.
- ¡Rubén!, ¡Rubén! -  empecé a gritar; ¡no le veía por ningún lado!.
Se acercó el de seguridad.
- ¡Tranquilo!, ¿Qué le sucede?.
- ¡Es mi hijo!, ¡a desaparecido! - le dije angustiado.
- No se preocupe, tenemos cámaras de seguridad por todo el centro - comentó intentando calmarme.
Luego llamó a la central.
- ¿Y si se lo han llevado? - insistí.
- Hemos cerrado todas las puertas, nadie puede entrar ni salir. Tranquilícese.
Me calmé un poco, pero tenía un mal presentimiento; y así fue: Rubén no apareció.
Realizaron un investigación que duró varios meses; sin ningún resultado.
Pero yo se lo que sucedió: ¡Se lo llevó ése maldito gato!; y quizás sea ya demasiado tarde.
¿Qué como lo se?; lo se porque en la foto que le sacaron antes de desaparecer, mi hijo no sonríe, no; está muy asustado, y el gato no le agarra de la mano, ¡sino del cuello!.


sábado, 30 de noviembre de 2013

La distancia entre dos hombres

La tienda estaba llena de gente; hacían un 20% de descuento en todos los productos de electrónica.
Juan trabajaba en la sección de informática, por lo menos era un tema, que por afición, dominaba.
Apoyado en el mostrador, observaba a los clientes, intentando pasar desapercibido.
- ¡Oye chico!, ¿con ésto puedo ver películas en la tele? - le dijo un señor, mirando con extrañeza un disco duro que tenía entre las manos.
- Bueno, si tiene un ordenador y una televisión con conexión USB..........................
- Mi hijo me ha regalado una televisión de éstas modernas, y me ha dicho que con uno de éstos podría ver todas las películas que quisiera.
- Si, si..........................., así es.
El hombre se puso las gafas en la frente y se acercó a la estantería donde estaba el precio arrugando el entrecejo.
- ¿No tienes más baratos? - preguntó.
- Depende de la capacidad que quiera: Tiene de 500 G., 1 T., 2...........
-¿Y cuantas películas puedo ver en el más barato?.
- Pues en el de 500 G., unas 400, depende del tamaño de los archivos.
- ¡Vaya!, ¡quien lo diría!.
El hombre cogió el disco duro de 500 G. y se dirigió a la caja mirando el aparato con asombro.
"Lo que hay que aguantar", Pensó Juan, suspiró y miró el reloj: ¡Quedaban todavía 4 horas para cerrar!.

En casa reinaba ese silencio expectante que había invadido cada rincón desde que su padre había muerto. El viejo estaba siempre de mal humor, pero por lo menos se valía por si mismo, y no se entrometía en sus cosas; y lo principal: La casa era suya.

Llevaba un a mañana de perros; había llegado tarde al trabajo, y el imbécil del encargado le había dado un ultimátum. "Pues si que me importa"- pensó - "un estúpido trabajo de dos meses sin ningún futuro"."¿Quien se habrá creído ese imbécil?. Era como una viruta en el ojo, un trozo de carne en las muelas.
A media mañana, salió para fumar un pitillo. Al volver vio al hombre del disco duro, con él bajo el brazo. Intentó dar media vuelta para que no le viera.
- ¡Oiga joven!, "¡Mierda!" - pensó Juan, - éste aparato no funciona, lo enchufo al televisor, y nada, que no hay películas.
- Ya, claro,........., es que primero tiene que grabarlas en el disco.
- ¿Y como lo hago?.
- Necesita un ordenador.
- ¿Un ordenador?, ¡Vaya , que complicado es todo ésto!. Pues dame uno.
Encogiéndose de hombros, Juan le enseñó uno de sobremesa.
- Este tiene lo básico, con el podrá grabar las películas en el disco duro.
- ¿Y cuanto vale?.
- 600 euros.
El hombre se ruborizó.
- ¡Es mucho dinero!.
- Puede pagarlo en 6 meses sin intereses si se saca la tarjeta de la tienda..
- ¡Pero que complicado se ha vuelto todo!. - exclamó el hombre moviendo la cabeza de un lado a otro.
Al final se compró el ordenador echando mano de unos ahorros.
Juan sonrió cínicamente al verle salir de la tienda arrastrando la enorme bolsa donde llevaba el ordenador.
Al volver al mostrador,vio que el hombre había olvidado allí sus gafas. Eran antiguas, de pasta, y las lentes parecían los archivos digitales de la policía de tan manoseadas que estaban.
"Mierda", - pensó - "tendré que volver a ver el careto de ese viejo pardillo".
Cogió las gafas para guardarlas en el cajón; pero se quedó mirándolas. Sacó un pañuelo, y humedeciéndolo, las limpió concienzudamente antes de dejarlas.

Era el último día de trabajo para Juan. El eterno desorden del almacén ya no le producía desazón, ni las facturas amontonadas en el cajón de su mostrador; incluso miraba al encargado con indulgencia: Pronto estaría lejos de allí.
Las horas pasaban lentas pero tranquilas, como el paso de los elefantes hacia su mítico cementerio; cuando vio aparecer "al viejo de las películas".
- ¿Viene a por sus gafas? - le preguntó complaciente.
- Si, si, ando con estas viejas, que ya no me van bien. - le dijo el hombre con resignación.
Juan sacó las gafas del cajón del mostrador y se las dio.
- Aquí las tiene.
- ¡Esto es otra cosa! - dijo poniéndoselas. - Gracias.
El hombre dio media vuelta. Juan se le quedó mirando.
- ¡Oiga!, ¿que tal el ordenador?.
- Bueno................ - le dijo azorado. - Estoy esperando a que mi hijo pase por casa. ¡Esta siempre tan ocupado!.
- ¿quiere que pase por su casa después del trabajo?, se lo instalo en un momento.
- ¡Te lo agradecería muchísimo!, ¡yo no entiendo de estas cosas!.
El hombre le dio su dirección, y se lo volvió a agradecer unas cinco veces más.
"Es un pobre hombre" - pensaba la cabeza de Juan mientras se dirigía a casa del hombre después del trabajo, aunque en su estómago había algo más que condescendencia.
Le recibió con un fuerte abrazo, que le dejó desconcertado.
- Perdona mi efusión - le dijo - es que no estoy acostumbrado a recibir visitas.
Le llevó a su cuarto, que como el resto de la casa, acogía el poso de tranquila estabilidad que el paso del tiempo deja en las cosas, y que la velocidad destruye.
Allí, los distintos elementos de plástico y metal del ordenador se levantaban altivos entre las maderas nobles de un taquillón estilo Luis XV. " Fuera de lugar" - pensó Juan, - "como yo".
- Aquí está el dichoso aparato,- le dijo el hombre - no se ni donde ponerlo.
-No se preocupe, sólo necesito un enchufe.
Juan enchufó el ordenador, conectó la impresora y configuró el sistema en un santiamén, ante los asombrados ojos del hombre.
- Ya está, ¡listo!.
- ¿ya puedo ver películas?
-  Bueno......................, ahora tenemos que abrir una cuenta en internet para tener acceso a la red.
- ¡No entiendo nada de lo que me dices hijo!, pero haz lo que tengas que hacer, confío en  ti - le dijo mirándole a los ojos y apoyando una mano en su hombro.
Juan se sintió reconfortado, como aquel niño al que su padre empujó la primera vez que cogió una bicicleta para que anduviera solo.
Entonces configuró una cuenta con un operador en internet, y lo hizo a su nombre, sabiendo la delicada situación económica del hombre, y porque sentía que tenía que hacerlo así, aunque su situación económica no fuera mejor.
- ¡Ya está!- le dijo al cabo de un momento - Ahora en cuanto nos den la línea, descargamos las películas ¡y a disfrutar!.
El hombre le miró complacido.
- ¿Cómo puedo agradecértelo?.
- No ha sido nada.
- ¡Quédate a cenar!, veremos algunas películas y charlaremos, ¿Qué te parece?.
- Bien, mañana no tengo que madrugar.
- ¡Estupendo!, vamos a la sala.
Allí, se dirigió a un viejo armario de caoba que ocupaba toda una pared.Ordenadas por fechas, ¡había cientos de películas!, en formato Beta, VHS, incluso algunos grandes rollos que parecían films originales:
 Viaje a la luna de Melier, Amanecer y Nosferatu de Murnau, Metrópoli de Fritz Lang, el maquinista de la general de Buster Keaton, la dirigencia, esplendor en la hierba, salvaje, el último tango en parís,....................¡Estaban todos los clásicos del cine universal!, incluso algunos más modernos: Taxi driver, Alien, En busca del arca perdida, La delgada línea roja....................
- ¡Ahora podré completar mi colección! -dijo el hombre entusiasmado al contemplar el armario con sus criaturas. - Elige un par de películas mientras preparo algo para comer.
Cogió El resplandor, y desayuno con diamantes; le recordaban aquellas tardes lluviosas de sábado que pasaba con su padre, acurrucados en el sillón con una manta viendo Sesión de Tarde en la tele, (Y alguna Sesión de Noche, con cierta complicidad), ya que no había nada mejor que hacer.
El hombre apareció con un plato rebosando de grasientas lonchas de jamón y una botella de rioja.
- ¡Es jamón del bueno!: ¡Del pueblo!- dijo dejando el plato sobre la mesa. - ¡Allí los cerdos comen con cubiertos!.
Sirvió dos vasos de vino y metió la cinta de El resplandor en el vídeo.
- ¡Buena elección!, ¡Si señor! - dijo mirando la carátula. - ¿sabías que kubrick les hizo repetir las escenas de forma casi obsesiva?, decían que era por su carácter perfecionista, pero yo creo más bien, que lo que quería ,era que los actores se creyeran que estaban encerrados en el hotel con otro loco peor : El director.
- ¡Vaya!, ¡Qué interesante! - admitió Juan.
El hombre era toda una enciclopedia del cine, y así, entre tiras de jamón, vino, y películas, pasaron una agradable y distendida velada.
Ya muy entrada la madrugada, cuando empezaba a clarear el cielo dando forma a las cosas, se despidieron, quedando para otro día.

Al llegar a casa, subió al desván. Allí guardaba una caja grande con viejas fotos y recuerdos. Le quitó el polvo con la manga y la abrió. De un estuche, sacó un reloj de pulsera. Lo miró unos instantes, lo puso en hora, y dándole cuerda, se lo colocó en la muñeca.
En la parte posterior del reloj, se leía una inscripción: "Para Juan con todo mi amor. De tu padre."


viernes, 22 de noviembre de 2013

El lugar al lado del mástil

El pescador se afanaba por recoger los aparejos esparcidos por la cubierta del pesquero, cuando una ola le hizo perder el equilibrio. Rodó por la superficie del barco enredándose en las redes y chocó  con el mástil, al que intentó agarrarse. El agua le arrastró de nuevo a popa y le llevó junto al mástil, al que esta vez se agarró con todas sus fuerzas. Se incorporó ayudado por aquel pilar improvisado . Estaba magullado y aturdido.
De pronto dejó de sentir el azote del mar, la cubierta dejó de ser una quebradiza capa de hielo, las olas rompían a su lado sin salpicarle; el silencio era absoluto. Miró a su alrededor: Vio a lo lejos el pequeño pesquero azotado por la tormenta; luego el basto mar, que se extendía ante sus atónitos ojos; vio la tierra suspendida en el vacío oscuro; la vía láctea extendiendo sus lechosos brazos al infinito;¡naves ardiendo más allá de Orión!; infinitas estrellas naciendo y muriendo en partos de luz y fuego;..........................................
- ¡Samuel!, ¡Samuel!, ¡Estás aquí!.
Una mano amiga le apartó del lugar al lado del mástil.

viernes, 15 de noviembre de 2013

Déficit de atención

El alto cargo fue recibido efusivamente por el director del colegio.
- ¡Buenos días señor!, acompáñeme por favor, le mostraré las instalaciones con sumo gusto.
Pasaron por los pasillos que separaban las distintas aulas, organizadas por edades. Los niños seguían atentamente las explicaciones del profesor; incluso los más pequeños.
- Como puede comprobar, nuestro sistema educativo a conseguido grandes avances, sobre todo a nivel pedagógico - alardeaba el director. - Hemos eliminado por completo los castigos, y el fracaso escolar se ha reducido al  2 %.
- ¡Impresionante!.
Salieron al patio; era la hora del recreo. Unos niños jugaban a la pelota; formaban un círculo y se la pasaban por turnos. Otros, leían o conversaban.
- ¿No hay pocos niños? - comentó el alto cargo.
- La mayoría están en la biblioteca o en el laboratorio - respondió el director.

De vuelta al despacho del director, el alto cargo se paró ante una puerta de la que salía un gran alboroto.
- ¿Qué sucede aquí?.
- ¡Bueno..............!, entre.
El director le abrió la puerta. Dentro, los niños se perseguían, saltaban en colchonetas, gritaban y se disputaban juguetes,............................
- No les hace efecto la medicación,.
- ¡ Es una verdadera tragedia!.
- Si, ¡pobres diablos!.

El director del colegio y el alto cargo, se despidieron con un apretón de manos.
- Están haciendo un buen trabajo - le dijo éste último al director.
- El mérito no es sólo nuestro - respondió.
El alto cargo,  cogió su coche para dirigirse a casa.
Conducía cumpliendo estríctamente cada señal; mientras, en las cunetas, las sirenas meneaban sensualmente sus grandes pechos, ofreciéndoselos.
Paró ante un semáforo: los ojos clavados en el disco rojo; mientras, un unicornio alado, hacía cabriolas en el aire delante del coche..
Llegó a su casa a la hora prevista; tomó su habitual ensalada de lechuga ante la televisión; se lavó meticulosamente los dientes; tomó la medicación; y se acostó para dormir, sin sueños, las 6 horas establecidas; mientras, en la calle, los hombres-lobo perseguían al las hadas bajo la luna llena.

viernes, 8 de noviembre de 2013

Aura roja

El metro recorría las entrañas de la ciudad; yo no.
Dentro de él, todo estaba quieto, parado, rancio. Delante de  mí, dos chicos hablaban; estaban lejos, muy lejos. Uno de ellos me miró; empezó a acercarse; antes de que pudiera tocarme, un aura roja le envolvió, y me alejé de él. Desde la distancia, vi como se llevaba las manos al cuello, caía al suelo, y se revolvía: No podía respirar. Algo que estaba comiendo se había quedado en su garganta, obstruyendo las vías respiratorias. Se armó un gran revuelo; de repente, todos estaban allí, de vuelta; todos menos yo.
En la siguiente estación, una ambulancia se llevó el cuerpo sin vida del muchacho.

Esperaba en la calle a que el semáforo se pusiera verde. Estaba todo parado; menos yo y los coches.
El disco rojo creaba una línea imaginaria detrás de la cual se amontonaban la impaciencia, la inercia, la expectación,...................................
La señora cargada con bolsas saltó a la carretera, violando la frontera. La seguí para detenerla, pero un aura roja la envolvió; y dejé que se fuera. Un coche se llevó por delante su cuerpo y su vida.

Llegué a mi casa. Allí estaba mi hija, jugando con las piezas de construcción. Ella siempre esta ahí.
- ¡Papá!, ¡papá!, ven a jugar conmigo - dijo saltando sobre la cama, al lado de la ventana abierta de par en par. Un aura roja la envolvió. Me quedé quieto; ella estaba lejos, muy lejos, un abismo nos separaba; cerré los ojos y salté....................................
 Agarré a mi hija por la cintura, y caímos sobre la cama, mientras la niña reía alborozada.


jueves, 31 de octubre de 2013

Julia

"¡Ahí viene!; Hoy lleva una  vaporosa blusa blanca, una discreta falda hasta las rodillas, y botas altas. Con una mano sujeta una carpeta contra sus menudos pechos de colegiala, y con la otra el móvil, pegado al oído, por el que habla con naturalidad, sonriendo y bromeando. Sabe que es el centro de todas las miradas, las masculinas deseosas y altivas, y las femeninas despiadadas y celosas."
Espero el momento en el que pasa a mi lado para levantar la mirada y encontrarme con la suya. El leve gesto de sus cejas al saludarme, llena de sentido la mañana.

¡Que sería de la oficina sin la máquina de café!, ¡estallaríamos como uvas bajo los pies del vendimiador!.
Allí se desahogaban nuestros espíritus.
- ¿Sabéis algo de Luis?, hace días que no aparece por la oficina.
- Estará enfermo, ¡enfermo de amor por nuestra jefa!, ¡está coladito por ella!.
- Venga, no bromees, quizás tenga algo grave. Además, ¿quién no está colado por Julia?.
Escuchaba las conversaciones mientras pensaba en la fragilidad del telar que tejen nuestras relaciones sobre el abismo.

Un día sonó el teléfono de mi escritorio, cuando ya estaba harto de teclear y teclear números que suplantaban la realidad con su fría e implacable lógica.
Al coger el auricular, me empezó a temblar la mano, el display del teléfono me decía que la llamada venía del despacho de la directora.
- ¿Sí?.
- Hola Juan, soy Julia, ¿Puedes pasarte un momento por mi despacho?, tengo que comentarte algo importante.
- Si claro, como no, ahora voy.
"¡La diosa me ha llamado a su presencia!. ¡da igual que sea para ser ascendido al cielo o desterrado al fuego del infierno para siempre!, ¡lo importante es que por un breve instante, nuestra consciencias se fundirán entre el caos del mundo!."
- Hola Juan, siéntate por favor. Mira en mi casa tengo algunas facturas que faltan por computar en el informe contable de éste mes, y como sabes para mañana tiene que estar cerrado, por lo que te agradecería que pasaras por mi casa después del horario de oficina.
- Si claro, no hay problema.
- Bien, te espero a las 9. ¡No vengas cenado!.
- Gracias, gracias, ahí estaré.
"¡Me ha invitado a su propia morada!, ¡a mí, un simple mortal!.

A las 8 ya andaba merodeando por el portal de su casa. En el buzón vi que vivía en el 6º, allí su cuerpo y su alma descargaban las cruces en las que me quería crucificar.
Subí hasta su casa, y apoyé el oído en la puerta. Escuché unos pasos. El ruido del pestillo al descorrerse me hizo saltar hacia atrás y salir corriendo escaleras arriba. la diosa salió de su templo con el móvil en la oreja.
- Pues si chica, resulta que tengo una cena especial en casa y me he quedado sin vino. Siempre ocurre  así..................
Escuché su despreocupada conversación hasta que el ascensor se ofreció para acompañarla hasta el portal.
¿Una cena especial?,¡ sin duda hablaba de nuestra cita!. Me acerqué de nuevo a la puerta, ¡se la había dejado abierta!, así que embargado por la excitación y la culpa, violé la íntima morada de la diosa.
El ambiente era húmedo y frío; se respiraba un fuerte olor a azufre. Escuché unos débiles gemidos.
Avancé a tientas en la oscuridad, apartando pegajosos hilillos que se adherían a mis brazos y a mi cara.
Al fondo distinguí  un bulto, del que procedían los gemidos. Encendí el mechero que llevaba en el bolsillo, ¡Era Luis!, cubierto por una repugnante sustancia blanquecina que le envolvía como una crisálida. Le faltaban las piernas y un brazo, sus labios violáceos retorcidos en una mueca de dolor...................................
Retrocedí aterrorizado, hasta que sentí en mi espalda el frío contacto de una de las 6 puntiagudas y peludas patas de Julia.
- ¡Hola Juan!, llegas pronto a la cena..............................................


sábado, 26 de octubre de 2013

Un artista de verdad

"Delorean" sonaba en el equipo de música del Seat Panda. Era uno de los grupos que tocaría en el F.I.B.. Raúl y Jorge llevaban tiempo esperando éste momento, era su primer F.I.B..

-No son verdadero artistas, - decía Jorge mientras conducía. - no lo hacen nada mal, pero no son Creadores con mayúsculas.
- Pues a mí me gustan tío.
- ¡Va!, son sólo un producto.
- ¡Que se lo han currado!.¿Quieres una "birra"?.
- No, ahora no. Mira, el movimiento "indi" ha perdido la oportunidad de hacer algo grande, de cambiar las cosas. Su mensaje era muy claro :¡ Haz música!, ¡disfruta tocando tío!, ¡no necesitas ser una estrellas!, ¡ni a esos "super-grupos" !. ¡Tan sólo disfruta!, ¡la música está ahí!, ¡vívela!.
- ¡No alucines!, ¡se iría todo a tomar por el culo!, ¿Y los conciertos?, ¿los discos?, ¿los grupos?.
-¿ Para qué los quieres?. Mira en que se han convertido ¡coño!, ¡si son tipos corrientes como tú y como yo que se consideran genios!. ¿Les has oído hablar?. ¡joder!, ¡tan profundos y transcendentes!, ¡dan grima!.
- ¡Es la industria tío!, ¡lo fagocita todo!.
- ¡Pero llegó internet para dar por culo a toda ésa gentuza!
-¡Uh, uh, uh!, ¡vivan  "la mulita" y las descargas ilegales!.
- No cantes victoria, esa gentuza es la misma que te cobra 100 "pavos"  por ir al F.I.B............................
- ¡Vaya mierda tío!.

Llegaron de noche, montaron la tienda de campaña entre unas hippies y unos raperos que no dejaron de hacer rimas horrendas durante toda la noche.
Ya desde la primera hora de la mañana, empezaron  las actuaciones en el recinto. Grupos locales y promesas, eran los grupos programados a ésas horas.
Jóvenes somñolientos deambulaban entre los distintos puestos de camisetas, piercings , y demás con su vaso de plástico en la mano.
- ¡Esto es de alucine! - , decía Raúl.
- Bueno, tenemos que organizarnos, - dijo jorge sacando un arrugado programa del bolsillo. - A las 12 tocan "Triángulo de amor bizarro",.................,a la 1 "Savages",................,¡en la otra punta!.
- ¡Joder tío!, ¡ni que tuviéramos el teletransportador de la "Enterprise"!. Yo prefiero ver a "los bizarros", ¡son pura caña!.
- ¡Va!, es lo de siempre, lo de los "Savages" si que es caña.
- ¡Estás flipado!, mira, nos vamos cada uno por nuestro lado y quedamos luego en el Mc Donals.
- Vale tío, nos vemos.
Se despidieron con un choque de manos.

La actuación estelar de la noche era la de "Sigur Rós". El grupo islandés presentaba un nuevo disco.
Miles de fans se dirigieron en procesión al ritual, para sacrificar sus egos al dios del rock; entre ellos Raúl y Jorge.
- ¡Eh Raúl!, ¡Qué pasa tío!, - Un chico delgado, con el torso descubierto, se les acercó abriéndose paso entre la multitud.
- ¡Luis, coño!, ¡tienes buena pinta!.
- ¡Esto es un "flipe" "tronco"!,oye, ¿queréis priva?, tengo de la mejor.
- No, pasamos de esa mierda.
- ¡Venga tío, que no llegamos! - Dijo Jorge, cogiendo a Raúl del brazo.
- ¡Esperar, esperar!, tengo algo que seguro os interesa. ¡Mirar!. - dijo Luis bajando la voz y enseñándoles unas cintas cassette - . ¡Son "grabaciones del horror"!. - Se produjo un súbito silencio.
- ¡Déjalo tío!, ¡me da muy mal rollo!, - le dijo Raúl - venga, vámonos.
- ¡Espera! - Jorge se acercó a Luis. - ¿Donde las has conseguido?.
- Conozco a un tío, que conoce a otro...................ya sabes.
- Me gustaría conocer al que grabó la cinta.
- ¡Jorge, tío!, ¡qué todo ésto es muy chungo! - Le dijo Raúl.
- Llévame con él - respondió Jorge mirando a Luis con decisión.
- ¡Yo me piro!, ¡estás loco! - sentenció Raúl, alejándose y haciendo espavientos con los brazos.

"Las grabaciones del horror" eran una leyenda urbana. Decía que estaban realizadas con una pistola cargada en la sien del artista. En la recámara había una bala que se hacía girar como en la "ruleta rusa". Al terminar la canción, un individuo enmascarado, al que previamente se le había entregado una nota de suicidio firmada por el artista, apretaba el gatillo. Sólo en esta situación extrema, un artista de verdad es capaz de crear la belleza más sublime. Dicen que Charlie Parquer lo hacía después de cada actuación. Kurt Cobain, jimi Hendrix, Jim morrison, incluso John Lennon, también se decía que habían jugado a éste peligroso juego.

Al día siguiente, se interrumpieron las actuaciones del F.I.B.. Encontraron el cuerpo sin vida de un joven, que presuntamente se había suicidado.

Raúl miraba apesalumbrado la tumba de Jorge.
"- ¿porqué lo hiciste?, ¡porqué coño lo hiciste!."
Llovía debilmente, estaba solo, ya se habían ido los demás, menos Luis. Se le acercó con algo en la mano.
- Toma, esto deberías tenerlo tú - le dio una cinta cassette. - No era un artista de verdad - le dijo mientras se alejaba.
Raúl entró en el coche y puso la cinta. Escuchó la voz temblorosa de jorge entre lloros y gemidos intentando cantar una canción.





viernes, 18 de octubre de 2013

La fundición

Fuera la niebla se extendía alrededor de la fundición.
Beep-beep, beep-beep, beep-beep,.........................
La alarma del móvil me llevó de nuevo al mundo en el que me creía libre;
¿libre durante las 2 horas que separaban cada ronda?,
¿libre cada noche que pasaba en aquel lugar lejos de todo?.
Sólo una parte de mí estaba allí, la otra intentaba escapar del murmullo constante de las torres de refrigeración.
Hacía frío, cogí la cazadora y me dirigí a los distintos puntos de fichaje que implacablemente marcaban el recorrido a seguir,
como el nacimiento y la muerte.
Llegué hasta los hornos, donde grandes mecheros calentaban las cubetas, que de no hacerlo, se convertirían en bombas, al derramar en ellas el hierro fundido.
- ¿Raúl?, ¿estás aquí?. - dije asomándome al almacén. A esas horas, Raúl, el empleado de guardia, solía fumarse allí unos porros. Odiaba el olor a porro y nuestras conversaciones sobre fútbol y coches, que consistían en un monólogo por su parte y asentamientos de cabeza por la mía.
Pero aquella noche necesitaba sentir que no era el único jugador en aquel lugar que parecía el escenario de un absurdo y repetitivo juego.
El almacén estaba vacío.
Llegué hasta el final de la fábrica, donde se encontraba una gran puerta por donde entraban los camiones cargados con bloques de chatarra, como ofrenda al dios del fuego;  este, alquimista experto, transformaba el espíritu del hierro con el fin del beneficio, otro dios implacable.
¿Qué consigue dios con nosotros?.
Al otro lado de la puerta enrejada, una densa niebla lo cubría todo.
"- Parece que el mundo acaba aquí."
De nuevo en la garita, miré el reloj.
"- Ya debería haber llegado el relevo".
Me acurruqué en la butaca y me dispuse a una nueva cabezadita.
Fuera la niebla se extendía alrededor de la fundición.


viernes, 11 de octubre de 2013

El becario

Lo tengo que hacer, no me queda más remedio que acabar con él de una vez por todas, si no, mi vida se convertirá en una pesadilla.
Hablo del nuevo, ¿se quién si no?, le invité a café en su primer día en la oficina..............................

- ¿Puedo ayudarte? - le pregunté. Miraba a todas partes con ojos de lechuza, como si lo viera todo por primera vez.
- ¡Oh sí, gracias!, soy nuevo ¿sabe?, estoy un poco perdido.
- Me llamo Rubén - le dije tendiéndole la mano.
- Carlos, encantado - sus manazas sudorosas, atraparon la mía entre ellas.
- ¿En qué sección trabajas?.
- Pues no lo se...................., soy el becario, me imagino que haré un poco de toco, fotocopias, cafés,......., ya sabes.- Mientras hablaba, movía los brazos y gesticulaba exageradamente.
- Venga, te invito a un café - ¡le dije inocéntemente!.
Aquel café, se convirtió en un culebrón televisivo sobre la vida y milagros del tal Carlos, que discurrió entre espavientos y baños de saliva. El timbre del móvil me salvó, fue como la campanada final del asalto antes de terminar la cuenta atrás.
Los días siguientes fueron un verdadero infierno, ¡parecía tener un GPS para localizarme!, incluso registré minuciosamente mi ropa por si tenía algún micrófono oculto!
-¡Señor Rubén!, ¡buenos días!, ¿Qué tal el fin de semana?.
- Bien.............disculpa, pero..................
- ¡Yo en casa!,¿sabe?, ¡tengo un terrible dolor de muelas!, mire, mire que cacho agujero.................. - un fétido aliento fue la antesala de un esperpéntico paisaje de muelas picadas y dientes amarillentos.
- si............si..........., ya veo...
-¡Pues no pienso ir al dentista!, ¡ese matarife!. La última vez que fui, me hizo vomitar metiéndome esos tubos hasta el estómago. Tengo el estómago muy delicado, ¿sabe?...........................
Mientras me contaba con pelos y señales los prolegómenos de su última exploración rectal, escuchaba las risitas de mis compañeros que indisimuladamente soltaban al pasar a mi lado.
La gota que colmó el vaso fue cuando el jefe de sección me asignó al becario para cubrir un reportaje.
- ¡Pero Luis!, ¡me las puedo arreglar yo solo!.
-¡He dicho que no!, ¡tienes que llevar todo el equipo fotográfico, y sabes perfectamente que no puedes tú sólo!. ¡Te llevarás al becario!, ¡Y no se hable más!.
Así que tuve que pasar 48 lamentables horas con aquel impresentable personaje que representaba todo aquello que mas odiaba en esta vida.
No es de extrañar lo que sucedió...........................................
- ¡Carlos!, ¡Carlos!, ¿qué coño haces?, ¡sal ya, vamos a perder el avión! - Gritaba mientras aporreaba la puerta del baño.
- ¡Ya!, ¡ya!, ¡esa malditas gambas!, ¡ya me decía mi madre, que no comiera después de cenar...............!- Me alejé blasfemando con las manos en la cabeza.
Y claro, ¡perdimos el dichoso avión!.
Aún así, conseguimos llegar a tiempo antes del cierre de edición.
- ¡Las fotos!, ¡venga, rápido!.
-¡Las fotos!...............- se quedó mirando al techo con cara de bobalicón. - ¡Olvidé recogerlas!; es cosa de familia ¿sabe?, mi abuelo ya olvidaba cosas, en la guerra.......................... - Le miré fíjamente, sólo veía su enorme boca babeante moviéndose a cámara lenta;  levanté el trípode que tenía en la mano, y le golpeé con él varias veces en la cabeza.
Me invadió un sudor frío, temblaba de la cabeza a los pies. Me lavé la sangre de la cara, cogí el cuerpo, y lo bajé al sótano. Por suerte a esas horas apenas había gente en la oficina. Escondí el cuerpo entre unos cartones, y me fui a mi casa. Estaba como en un trance. Me acosté, y me dormí de puro cansancio.
Un fuerte dolor de cabeza me despertó, ¡la almohada estaba ensangrantada!, fui al baño, y vi que tenía una brecha en la cabeza, y varios chichones. Me vendé la cabeza, y fui de nuevo a la redacción.
Bajé al sótano; entre los cartones ensangrentados, el cuerpo de Carlos se removía, ¡estaba vivo!. Le ayudé a incorporarse.
- ¿Qué ha pasado?, ¡no recuerdo nada!.
- Te caíste por la escalera. Vamos, te llevaré a mi casa.
Ya en mi casa, mientras preparaba unos bocadillos en la cocina, empezó de nuevo la cuenta atrás............
- ¡Qué haría yo sin usted señor Rubén!, ¡es como un hermano para mí! que digo, ¡como un padre!. - Se me abrazó empapandome la camisa de lágrimas y mocos. - Mis padres me querían mucho, ¡ya sabe!, hijo único..............................- El dolor de cabeza se acentuó, se me nublaba la vista....................
- ¡por cierto! - dijo de repente, separándose y agarrando mis dos brazos. - Tengo buenísimas noticias para usted, ¡el jefe me ha asignado como su ayudante personal!, ¿Qué le parece?, ¡de ahora en adelante, pasaremos mucho tiempo juntos!, ¡cómo auténticos coleguillas, eh!. El cuchillo con el que estaba cortando el pan, se introdujo en su estómago con un golpe seco. La cocina quedó en silencio.
Me agarré a la mesa, todo daba vueltas. Tambaleándome, llegué hasta el sillón, y me senté. De mi estómago manaba abundante sangre. La herida era profunda, pero no mortal. La vendé como pude ;cogí el cuerpo del becario, lo amordacé con una sábana y cuerdas, y lo metí en el coche. Conduje hasta el puente de Carlos I más conocido como "el puente de las ánimas".

Bueno, llegó el momento. ¡No puedo seguir viviendo así!. Cogí el cuerpo del becario que aún jadeaba débilmente, y lo arrojé por el puente.
Minutos antes, había pasado por la casa de mi abogado para dejarle en el buzón mis últimas voluntades.



viernes, 4 de octubre de 2013

"Lobezno"

¿Quien es el personaje y quien el actor?. Es la pregunta que me hago después de lo que sucedió.
Hugh Jackman  era el invitado estrella de la  61ª edición del Festival de cine de San Sebastián.
Cruzó la alfombra roja entre gritos de adolescentes y flashes. Vestía elegantemente, y lejos de la imagen de "rockero indomable" que da en la pantalla, se acercó, de forma natural y amable, a un grupo de jovencitas. De entre la excitadas manos que intentaban tocarle, agarró la de una chica delgada con gafas, y la atrajo hacia sí. Le dijo algo al oído, y la afortunada quedó en trance,  mientras él se alejaba saludando con la mano.

Al día siguiente, el actor anduvo en bici por la coqueta ciudad, comió los famosos pinchos de su Parte Vieja; luego recibió "El Premio Donostia" en una esplendorosa gala, y sin perder en ningún momento la sonrisa de la boca, se despidió prometiendo volver.

Lo inquietante sucedió después. En el periódico, leí el siguiente artículo: "Aparece en el monte Igeldo el cuerpo desgarrado y semidevorado de una adolescente............."
Reconocí al instante a la chica, en la foto que acompañaba a la del cuerpo; era  aquella, delgada y con gafas,a la que Hugh Jackman  había dicho algo al oído.
Continuaba diciendo, como los expertos de "Aranzadi", aseguraban que sólo el ataque de un oso podía provocar semejantes heridas en un cuerpo...........¡pero están equivocados!, ¡yo se que no fue un oso!......................¡fue un lobo!.


sábado, 28 de septiembre de 2013

La última luz

¡Otro avión que cae en plena ciudad!.Murieron 4 perros y 2 gatos, poco más había.................., bueno, y los pasajeros.

El estruendo me despertó, fue cerca de aquí. No duermo bien desde que empezó todo; y luego me quedo frito en cualquier sitio. Algún día encontrarán mi cuerpo desnudo y acuchillado en cualquier cuneta.

-¿Sabes donde están? - me dijo Bill.
- ¿quienes?.
- ¡Los ricos!, ¿quienes van a ser?.
- Se fueron todos.
- ¡No!, ¡están bajo tierra!, ¿No has visto la luz en el fondo de la sima?; venga, echemos un vistazo.
porqué no, pensé, no tengo nada mejor que hacer.
Cogimos unas cuerdas y fuimos a la vieja sima.
- ¡Anda!, ¡es cierto! - dije, - Se distingue una luz ahí abajo.
Atamos las cuerdas a un árbol y bajamos con cuidado.
- Es más profundo de lo que parece - se quejaba Bill.
Al llegar al final, vimos una bombilla colgando de un gancho en la pared.
- ¡Te lo dije!, ¡están aquí! - gritó Bill entusiasmado.
- seguiremos el cable.
Hacía tiempo que no me sentía tan excitado. Bill temblaba de emoción.
El cable recorría la pared como una mecha, que prendería al llegar al final............
- ¡Un enchufe!, ¡un maldito enchufe! - exclamé.
Lo miramos desconcertados.
De una patada, Bill lo arrancó de la pared, y todo quedó a oscuras.
En aquel instante, tiraron mi cuerpo desnudo y acuchillado en una cuneta.


viernes, 20 de septiembre de 2013

Terror en el txiki-park

El barullo era impresionante dentro del txiki-park, que en el hiper-mega-centro comercial de la superpoblada capital, daba vueltas alrededor de una de las millones de estrellas que colapsaba el universo.
Intentaba concentrarme en el libro que tenía delante, antes de que mi conciencia se dispersara para siempre.
Moby-Dick, la ballena, emergía entre el griterío tragándose a más de un niño y alguna que otra madre despistada. El aroma a grasa de ballena fundida y salitre empezaba a impregnarme.
- ¡Aita, aita!, ¡ven conmigo al dragón!.
- Ahora no cielo.
- ¡Venga, que me da miedo bajar sola!.
¡El dragón!, un tubo de unos 6 metros de largo situado en el punto más alto de aquella endiablada e intrincada estructura donde decenas de niños perdidos e histéricos buscaban la salida.
- ¡Bueno, vale!, pero sólo una vez.
Seguí con la mirada la pequeña figura deslizándose agilmente entre rampas, tubos y escaleras.
"-Bueno, vamos allá". Mi agarrotado cuerpo se internó por aquel sinuoso y claustrofóbico laberinto de formas y colores, ¡pero olvidé el cordel que me llevaría de vuelta si aparecía El Minotauro!.
- ¡Leire!, ¡Leire! - gritaba desesperado, arrastrado por la marea de niños-piraña.
Llegué no se como, al punto más alto del txiki-park.
- ¡Leire!, ¿estás aquí?.
Silencio.............oscuridad...............vacío................¿Donde estás?............¿donde están los niños?.............. ¿donde están todos?.
La boca del dragón abría sus fauces ante mí. Me asome a su oscura garganta,..................,y tropecé.
Caí.................caí...................caí.......................Caí entre las insondables e infinitas entrañas de la bestia...................y me parió de nuevo al mundo.
Miré asombrado alrededor, Y lloré.


viernes, 13 de septiembre de 2013

Corazón zombie

- ¡Mira, ahí va uno solo!.
- ¡ Deprisa, que no escape!.
El zombie, un varón de unos 45 años, caminaba encorvado arrastrando un pie.
Javi y yosu habían pasado las últimas 4 horas bajo la gran roca. cerca de allí, habían encontrado bastantes restos humanos acumulados, por lo que debía de haber "un nido" cerca.
- ¡Ahora!.
Javi, le lanzó un lazo, que entró limpiamente por la cabeza del zombie, y de un tirón , lo apretó fuertemente a la garganta.
- ¡No tires mucho, le puedes romper el cuello!.
Yosu, embuchó al zombie con un saco, y tirándolo al suelo, ató la apertura.
- ¡Ya es nuestro!
- Ha sido más fácil de lo que pensaba. ¡Estúpidos zombies!.
Lo patearon con saña, y lo metieron en el coche para llevarlo al garaje.

Lo tenían todo preparado para el experimento: La silla a la que ataron fuertemente las piernas y brazos del zombie, la mesa con el hacha, la sierra y varios cuchillos, y la cámara de vídeo.
Se pusieron largos delantales de plástico, los guantes, y las máscaras de soldar, y procedieron a iniciar el experimento.
Josu, hizo una profunda incisión con el cuchillo alrededor del corazón, y rompiendo con el hacha las costillas y el esternón, sacó limpiamente los huesos. Mientras, el zombie gritaba, desgarrándose las carne con las ataduras.
- Mira ahí está, te lo dije, ¡no late!.
- ¡Asqueroso zombie!.
Agarró el corazón, y lo arrancó, tirándolo contra la pared.
- Vámonos ¡ésto apesta!.

Los primeros rayos de sol se colaban por la ventana del garaje, mientras una lágrima brotaba del único ojo del zombie.


jueves, 5 de septiembre de 2013

Y ahora que voy a hacer

- Lo siento  - dijo la funcionaria - pero no cumple los requisitos que pide la ley.
- ¡Y ahora que voy a hacer! - dijo e chico delgado y desgarbado al que atendía -, ¡no tengo dinero!, ¿de que voy a vivir?.
"Podría llevarle unos días a mi casa............................."
- Comprendo su situación, pero no podemos hacer nada.

Clara y Sonia charlaban después del trabajo.
-¡No es justo!, el pobre chaval no tiene ni para comer y no va a cobrar nada, y el otro que tiene puesto todo a nombre de su hijo de dos años, ¡ dos mil euros al mes!.
- Así son las cosas.
- ¡ Si va a cobrar más que nosotras!, ¡Y sin dar un palo al agua!. ¿Donde está la justicia?.
- Bueno, cambiemos de tema, ¿Qué tal con Alberto? - Una inmensa sonrisa se dibujó en los labios de Clara. - ¿Se te ha declarado ya?.
- Creo que lo hará esta noche, me a invitado a cenar, y me a dicho que tiene una sorpresa para mí.
- ¡Vaya! , por fin se va a cumplir tu sueño.
- ¡No me lo puedo creer!, ¡es lo mejor que me ha pasado en la vida!.

Clara llegó a su casa, se puso ropa cómoda y se tumbó en la butaca a ver la televisión; aún tenía tiempo antes su cita con Alberto.
Echaban las noticias en la caja tonta: "Noticia de última hora. Una persona ha resultado muerta por arma blanca en el atraco a una joyería. La víctima se encontraba en esos momentos en el lugar del suceso."
Clara parpadeó varias veces, la foto que apareció en la pantalla ¡era la de Alberto!.
"El atracador, un joven indigente, fue arrestado por la policía y puesto a disposición judicial."
En la pantalla se veía a dos policías llevando esposado al joven delgado y desgarbado.
El joven miró por un momento la cámara que le grababa; en sus ojos se leía una pregunta: ¿y ahora que vas a hacer?.




Te quiero

La música de star-wars abrió la puerta. El crucero espacial del imperio cruzó la habitación mientras la leyenda salía por la ventana abierta.
- ¡Vaya, es real! - exclamé mientras tocaba la dorada armadura de C3PO.
- ¿Otra vez viendo esa película?, ¿es que no te cansas nunca?.
¿Como me iba a cansar del único trozo de realidad inmutable incrustada en mí?.
Le mire: El mismo gesto de reproche, la misma expresión de fastidio.
- ¡Podrías echarme una mano, hay mil cosas que hacer!.
¿Es ésta la realidad?, ¿la que tenemos que reconstruir una y otra vez con los mismos actos?.
- ¡Ya voy!.
Me levanté despacio de la butaca mientras escuchaba a lo lejos la plétora que ella dirigía a quien creía que era yo.
Entonces ocurrió; al sacudir las arrugadas sábanas de la cama, algo rodó y cayó al suelo. Era un anillo.
"Te amaré siempre"; siempre, siempre, siempre,......................; ¿se quedó el amor grabado en el trozo de metal?.
De nuevo la cena, la misma ensalada en la misma silla delante del mismo concurso de televisión.
- Encontré ésto entre las sábanas - le dije mostrando el anillo.
- Se me habrá caído. Ultimamente he adelgazado.
- ¿Me sigues queriendo?.
- Si, claro.
Te quiero, te quiero, te quiero,........................, repetía para mí; palabras como pompas de jabón que estallan.


viernes, 30 de agosto de 2013

La niña y Dios

María paseaba con Dios de la mano.
- Me apetece un helado - le dijo, y un delicioso helado de fresa y chocolate apareció en su mano.
- Me gustaría andar en bici - dijo al rato, y una reluciente bicicleta se materializó frente a ellos.
Cansada de pedalear, le pidió ir a las ferias, y con un chasquido de los dedos de Dios, tiovivos, norias y camas elásticas llenaron la tarde de música, luces y sonrisas.
La noche cíclope abrió su ojo, y la luna apareció suspendida en el cielo.
- Quiero ir allí - dijo María señalándola con el dedo, y allí fueron.
- Dios - le dijo la niña mientras la tierra asombraba sus ojos, - echo de manos a mi abuela, murió hace poco.
- Lo sé pequeña.
Y se la llevó al cielo donde volvió a abrazar a su abuela.
- ¿Porqué estás triste? - le preguntó Dios a María mirándole a los ojos.
- Me siento sola, ¿me puedes dar un poco de amor?
- No puedo - le contestó, - sólo soy una máquina.
 D.I.O.S.  (Dispositivo, Inorgánico, de Ordenamiento, Social) se alejó bajo el sol de mediodía.

Epílogo

María fue a visitar al diablo.
- ¿Y tú? - le preguntó, - ¿me puedes dar un poco de amor?.
- ¡Pues claro! - le respondió, y sonriendo, la golpeó brutalmente hasta la muerte.
El D.I.A.B.L.O. (Dispositivo, Inorgánico, Anti, Bloqueo, de Liberación, Orgánica) se alejó bajo la luna llena.


Dibujos

- ¿Qué estás dibujando? - le preguntó a su hijo, que garabateaba en un papel,  tumbado en el suelo.
- Nada, es "un migala".
En el papel, había unos círculos negros atravesados por rayas. Le acarició la cabeza.
- Son muy bonitos. Salgo un momento para hacer un recado y vuelvo enseguida ¿Vale?.
- Si, papá.
Bajó las escaleras; por delante de la puerta del portal, alguien pasó corriendo. Oyó unos gritos; salió a la calle extrañado mirando a su alrededor; ¡la ciudad estaba invadida por grandes arañas que sembraban el pánico por doquier!.
Subió apresuradamente las escaleras y cerró la puerta con llave.
- ¡Estás bien! - le dijo a su hijo cogiéndole por los hombros.
- Si claro, ¿qué pasa?
- Nada, nada, hoy nos quedamos en casa.
Cerró todas las ventanas de la casa y bajó las persianas.

Al día siguiente, el niño pintaba en el suelo de madera.
- ¡Te he dicho mil veces que no pintes en el suelo!, luego no hay forma de borrarlo.
Cogió un trapo húmedo, y se acercó donde el niño pintaba. El suelo estaba lleno de ondas, como olas.
- ¿Qué son?
- Son "culapas".
- ¿Culapas?, ¿y que es un culapa?.
- ¡Pues ésto!, ¡no lo ves! - le dijo el niño enfadado señalándole el dibujo.
Al rato, se dirigió a la ventana, la abrió muy despacio y levantó la persiana.
- ¡Dios mío! - gritó; cientos de culebras enormes reptaban entre el caos reinante.
Se acercó al niño, que ahora pintaba en la pared de la sala.
Cayó de rodillas con la boca abierta, al ver el dibujo de cuatro jinetes que cabalgaban sembrando la destrucción sobre un mundo en llamas.