Donde habitan "los migalas"

Donde habitan "los migalas" (De cuentos y arañas)

martes, 12 de abril de 2016

El P.I.N. (Parque Infantil de Navidad)

Llovía a mares, los peces golpeaban el parabrisas del coche, la gran ballena blanca se encontraba delante dejando un reguero de sangre a su paso.
En el parking había bastante sitio, fuimos pronto para aprovechar la tarde. Mi hija estaba emocionadísima: Las luces, la música, la inalcanzable paz de la estrellas.
Veo formas en ellas, mensajes, signos, caminos, no el fulgurante fuego se sus entrañas, perdido, perdidos entre tanta gente, buscando como todos ellos un destino.
Ella lo tiene claro, mira a su alrededor y elige, eso es todo, no siente las patas de la araña en su cuello.
Se divierte con un papel y unas tijeras, dando forma al mundo; es más bello en sus toscas manos.
Luego se levanta, quiere  cantar y canta, no le importa si le escuchan, no es una canción, es la única posible en este instante, en este lugar, aunque sólo yo la escuche; "canto par ti"  me dice, para quien sino, no hay nadie más.
Ella salta en el hinchable, espera su turno, baja por la chirristra de plástico, los códigos secretos se desvelan en el juego, todo está bien.
Hacemos colas interminables en el tío vivo, nos enseñan a esperar para dar vueltas y vueltas enredados en nuestras cadenas.
Entonces nos miramos a los ojos; agarrados de la mano salimos corriendo entre toneladas de espanto, para salir al mar que cae sobre nuestras cabezas, y gritar, y saltar entre los peces.

domingo, 3 de abril de 2016

El patio

Hacía bueno, los niños jugaban en el patio del colegio al salir de clase. Sentados en el suelo, alineaban sus ejércitos de gogos (1).Las bajas eran numerosas, lo que no parecía importar a los contendientes. Se tomaban su tiempo para reconstruir el campo de batalla, haciendo de él un lugar de encuentro y exhibición. En el columpio cesta (2) un niño de mayor edad mostraba sus facultades subido al borde de la cesta e impulsándola con todas sus fuerzas. Dos más pequeños se encontraban dentro, y un cuarto se colgaba de ellas cuando alcanzaba su máxima altura, para lanzarla hacia abajo. Todos disfrutaban. En el puente que une el tobogán con la casa de madera, varios niños saltaban sobre él, ante el regocijo de los que rodaban a sus pies. Otros trepaban por las barras, y se colgaban haciendo piruetas.En el campo de fútbol colindante, el balón se convertía en el fin codiciado por todos, y cuya pertenencia demostraría la superioridad de su poseedor. Otros se entretenían en juegos organizados por monitores, siguiendo ordenadamente sus instrucciones.
Yo, sentado en un banco, con el bocadillo mordido de mi hija en la mano, vi el futuro:
"Ejércitos de gogos desfilando entre ciudades destruidas; naciones convertidas en parques temáticos; zombies deambulando en inmensos centros comerciales; una pléyade de almas persiguiendo luces proyectadas en el cielo;...........................
-¡Aita, aita!, ¡mira lo que hago!
Era mi hija, reclamando mi atención.


(1) Pequeños muñecos de plástico, cuyo juego consiste en quedarse con los del contrincante. Para ello, los 2 jugadores disponen los gogos de pie, y tumbando uno de ellos, lo lanzan hacia el contrario intentando derive el máximo número de ellos y quedándose con los que derive.

(2) Columpio formado por cuerdas anudadas, con forma de cesta circular, donde se meten los niños.